Está demostrado que los estados de ánimo positivos y negativos influyen en la salud física y la longevidad de las personas. Cada vez hay más pruebas que demuestran que la felicidad, el placer, la alegría, el optimismo y el sentido del humor tienen efectos biológicos y fisiológicos positivos. Por lo tanto, es importante contrarrestar y reducir la negatividad para mejorar la salud intentando encontrar la felicidad.
Las personas que son muy felices (con menos emociones negativas y más positivas y optimismo) viven de 4 a 10 años más que las personas infelices, y además, esos años extras se viven más saludablemente.
El hecho de que la felicidad pueda mejorar la salud plantea una pregunta importante: ¿Podemos elegir ser felices? Si en general somos infelices, ¿podemos restablecer esta emoción, o algunas personas están demasiado influenciadas por la genética, la crianza y el entorno para modificar su estado emocional?
Es una pregunta difícil de contestar. Afortunadamente, existe una creciente evidencia de que nuestro estado de ánimo y felicidad puede ser modificado con algunas actividades y hábitos simples que remodelan nuestros pensamientos y nuestro estado de ánimo día a día.

Todos deseamos sentirnos felices, momento a momento, a lo largo de nuestras vidas. Pero, ¿qué significa realmente “sentirse feliz”? ¿Es la sensación que tenemos cuando comemos el plato que más nos gusta? ¿Es la sensación que tenemos cuando algo sale como queremos? ¿Es la sensación que tenemos de estar sentados al lado de alguien a quien amamos profundamente?
Cada uno podrá interpretar a su manera qué es lo más importante para ser feliz, pero lo que sí debemos comprender es que al final, la felicidad son un conjunto de emociones positivas en nuestra vida. A lo largo de ella, experimentamos una variedad de estas emociones positivas que nos ayudan a aprender, a ganar experiencia, y a saber tomar decisiones en el momento en que lo necesitamos.
Hay una serie de emociones positivas que pueden influir en la felicidad. Vamos a ver cuáles son y a ver si os sentís identificadas con ellas.

Alegría
La alegría es una de las emociones positivas más importante. Puede surgir por diferentes causas, como la del logro de una meta o un objetivo, la mejora de algún malestar anterior, el hecho de estar rodeado de otras personas alegres, o simplemente porque estamos apreciando algo que nos gusta.
La alegría tiene múltiples beneficios para nuestra salud. Cuando estamos alegre, nuestro cuerpo libera una sustancia llamada serotonina, que aumenta nuestras defensas y disminuye los niveles de ansiedad y estrés.
Gratitud
El agradecimiento es lo que sentimos cuando los gestos de una persona crean un beneficio para nosotros. Nos sentimos agradecidos por los obsequios, las amabilidades y el tiempo que nos han dedicado.
Cuando nos acostumbramos a sentir gratitud y a ser agradecidos, aumenta nuestra conciencia sobre las cosas buenas cuando estas ocurren, y estos repercute en un efecto positivo en nuestro estado de ánimo.
Orgullo
Cuando logramos una meta o contribuimos a ello de una manera importante, nos sentimos orgullosos de nuestras propias habilidades. Este sentimiento de satisfacción nos permite valorarnos a nosotros mismos, y nos motiva a seguir estableciendo y logrando metas en el futuro.
Pensar en uno mismo, cuidarse a uno mismo y decidir anteponer nuestros deseos al de los otros no solo es importante, sino que muchas veces es necesario, sobre todo cuando estamos pasando por un momento delicado de nuestra vida.
Serenidad
La serenidad es una emoción que aflora cuando aceptamos una situación, y es muy importante porque puede llevarnos a un estado de equilibrio físico, mental y espiritual.
Nos sentimos serenos cuando nos encontramos en circunstancias que nos parecen adecuadas y fáciles. Por ejemplo, si pensamos en la tranquilidad y la calma de dar un paseo por la montaña, o de pasar un día con la familia, nos anima a saborear el momento presente y reevaluar nuestras prioridades, profundizando nuestra comprensión de nosotros mismos.
Interés
Es una emoción positiva provocada por el deseo de conocer y experimentar. Esta emoción está plenamente relacionada con la motivación. Cuando algo nos interesa, nos sentimos más motivados a seguir explorando y a aumentar nuestros conocimientos sobre ello.
Diversión
El ingenio refinado, las payasadas y el humor engloban esta emoción ligada a la risa. Disfrutar de momentos de diversión colabora con el desarrollo emotivo y con poder tener una perspectiva más positiva sobre la vida.
Lo más importante de la diversión es que nos sirva como momento de relajación y de entretenimiento, en el cual nos podamos permitir dejar llevar la mente y el cuerpo un poco más allá de lo normal.
Además, cuando nos divertimos con otros, fortalecemos nuestros lazos con esas personas aún más.
Esperanza
La esperanza es una expectativa de futuro acerca de un objetivo personal. Esto nos motiva a su realización.
Es una emoción positiva que favorece que la persona persista en la consecución de sus objetivos.
Esta emoción a veces puede ir acompañada de miedo o tristeza, pero precisamente nos ayuda a superar los momentos difíciles a través del optimismo y la resiliencia.
Inspiración
Cuando vemos a otra persona actuar con lo mejor de sí misma, nos sentimos inspirados a esforzarnos por hacer lo mejor. La inspiración es una emoción positiva en las que somos testigos de conductas ejemplares que nos ayudan a ser mejores personas. Nos inspiran a darnos cuenta de nuestro potencial y de nuestras capacidades. Además, ayuda a reducir los niveles de estrés
Miedo o temor
Cuando te enfrentas a una situación compleja y logras superarla, te ayudará a confiar más en ti y a crecer como persona.
El miedo es una emoción que te puede llevar a realizar cosas que nunca pensarías que eres capaz. Además, en las situaciones complicadas, une a las personas y saca lo mejor de ellas mismas para superar estas situaciones.
Por último, el miedo te hace valorar lo que tienes. Al sentir temor, te das cuenta de quienes son tus verdaderos amigos, de en quien puedes confiar y sobre todo, de todo lo que has logrado a lo largo de tu vida.
Amor
Podríamos decir que el amor es la experiencia compartida de cualquiera de las emociones positivas anteriores con alguien que te importa. Estos momentos nos permiten conocer a los demás más profundamente y enfocarnos en su bienestar.
No solo es la suma de todas las emociones positivas, sino que las potencia. Una relación cariñosa, crea intimidad y confianza.

Cuando nos sentimos atraídos por alguien, sentimos un gran interés por conocer a la persona. Pensamos que compartiremos momentos de diversión. Cuando se consolida la relación, sentimos más alegría. Más adelante, experimentamos la sensación de relajación y serenidad que proporciona la seguridad de saber que la otra persona nos quiere. Nos sentimos agradecidos por lo que aporta a nuestra vida, sus logros nos harán sentirnos orgullosos y sus cualidades podrán servirnos de inspiración para ser mejores personas.
Espero que este post te ayude a rodearte de todas estas emociones positivas, y que con ello estés cada día más cerca de la felicidad ¡Deja que afloren y sé tú misma!