Nuestra sociedad está permanentemente cambiando, siempre ha sido así. Pero es cierto que en las últimas décadas este cambio está siendo cada vez más rápido, hasta el punto en que corremos el peligro de que tengamos dificultad para adaptarnos a él.
Esto puede repercutir en un estado de ansiedad que con el tiempo puede convertirse en lo que llamamos estrés crónico. Los síntomas iniciales típicos son la falta de concentración, pérdida de memoria, disminución de la actividad o pérdida de interés por las tareas diarias.
Si el estrés crónico llega a niveles más altos, puede llevar a una multitud de síntomas añadidos como presión en el pecho, fatiga, palpitaciones, cambios de humor, dificultad para respirar, tensión muscular, problemas sexuales o tics nerviosos.
El estrés está relacionado directamente con las emociones, y repercute en una alteración en las defensas de nuestro organismo, es decir, en el sistema inmunológico.
Las preocupaciones y las tensiones emocionales bajan nuestras defensas y nos hacen más vulnerables a coger infecciones o enfermedades.
¿Y cómo solucionar esto? Hoy en día es difícil encontrar a una familia en la que todo vaya perfecto. Siempre hay algún problema: laboral, con los hijos o algún familiar, económico, con los amigos, de salud, etc.
Mi primera recomendación es intentar ser feliz, dejando de dar vueltas a todo aquello que nos aporta emociones negativas, y sé que esto no siempre es posible, pero debemos hacer un esfuerzo e intentarlo.
Lo que sí que se puede conseguir es no centrarnos en aquellas cosas que no dependen de nosotr@s. En todo aquello que no podemos hacer nada para que ocurran o dejen de ocurrir y nuestra preocupación no puede alterar el resultado. Por ejemplo, supongamos que hemos hecho una entrevista de trabajo y nos tiene que contestar en una semana. Si durante esa semana estoy con la ansiedad de cuál va a ser el resultado, dándole vueltas a si lo hice mejor o peor, estoy perjudicando mi sistema inmune, mientras que el resultado de la entrevista va a ser el mismo que si estoy tranquil@. Este resultado ya no depende de mí. Solo tengo que esperar.
Si pensamos en la ansiedad que nos provocan las cosas que no dependen de nosotr@s, veremos que son la mayoría.
Y como sé que es fácil decirlo pero que muchas veces nuestro cerebro sigue ahí dándole vueltas a las cosas, como siempre os voy a recomendar la opción por parte de RINGANA que os puede ayudar a conseguir todo lo que os he explicado en este artículo.
Se trata de las CAPS immu, que refuerzan el sistema inmunitario de forma totalmente natural, sin aditivos ni conservantes.
Con ellas se puede combatir ese día a día estresante, con dietas desequilibradas, velando por nuestra salud, que es lo más importante y lo que más debemos cuidar.
Primero somos nosotr@s. El resto, y sobre todo si son problemas, dejémoslos para más adelante.
Como siempre, cualquier aportación o comentario será bienvenido y espero que el artículo haya sido de vuestro interés.